Una gigantesca redada policial, montada ayer en Mato Grosso, permitió al gobierno brasileño desarticular la mayor mafia de explotación ilegal de madera de la que se tenga noticia en Brasil. La banda, con ramificaciones en varios estados brasileños, operaba desde hacía más de una década en varios estados de la selva del Amazonas.Ayer, la Policía Federal detuvo 86 individuos, aunque hay orden de prisión para otro centenar. En los años que lleva en la actividad delictiva, la mafia llegó a talar 1,9 millones de metros cúbicos, lo que representan unos 76.000 camiones: semejante cantidad de vehículos, puestos en fila cubrirían una distancia incluso superior a la que hay entre Buenos Aires y Bariloche. El valor estimado de esa deforestación es de 390 millones de dólares.La gigantesca caza policial, bautizada como Operación Curupira, tenía ramificaciones en el Instituto Nacional do Medio Ambiente (Ibama). En ese organismo oficial se había enquistado una gran red de corrupción que favorecía la explotación desmesurada del Amazonas brasileño. La misión del Ibama es vigilar y preservar la integridad de esa floresta, pero muchos de sus funcionarios (ayer fueron detenidos 46) se habían asociado a las mafias madereras y extendían certificados falsos para explotar la selva incluso dentro de las reservas indígenas. Los troncos talados eran luego exportados hacia Europa, EE.UU. y China.Datos del Ministerio de Medio Ambiente revelan que la destrucción amazónica creció 39% entre 2002 y 2004. El año pasado, el desmonte alcanzó a 26.130 Km2, una superficie superior a la de la provincia de Tucumán. El gobierno brasileño admitió ayer que la explotación forestal en Mato Grosso está en crecimiento.En 1998, actuaban en la región 740 empresas que retiraron 10,7 millones de metros cúbicos de madera. El año pasado, el número de compañías explotadoras subió a casi 900. En la banda había personal de primera línea de Ibama, como lo demuestra que entre los detenidos figuren su gerente ejecutivo en Cuiabá (capital de Mato Grosso) Hugo José Scheuer Werle y el jefe de fiscalización del organismo oficial, Marcos Pinto Gomes. También fue puesto detrás de las rejas el presidente da Fundación Estadual de Medio Ambiente (FEMA). Anoche, también fue detenido el secretario de Medio Ambiente del estado de Mato Grosso, Moacir Pires. La mafia operaba con autorizaciones truchas que le permitían transportar productos forestales hacia los puertos y embarcarlas al exterior o enviarla a los centros de consumo brasileño. "No estamos sorprendidos", declaró ayer en una conferencia de prensa la ministra brasileña de Medio Ambiente, Marina Silva. "Vamos a extirpar el tumor de la corrupción", prometió. Según el director de la Policía Federal, Paulo Lacerda, habrá más acciones en Rondonia y Pará. El jefe policial admitió, empero, que Mato Grosso es uno de los estados brasileños más devastados.. Allí, las tierras que alguna vez lucían el verde selvático, son usadas ahora por el verde ramplón y uniforme de las plantaciones de soja..
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