miércoles, 27 de mayo de 2009

Unidades Morfoestructurales de America

América está compuesta básicamente por una serie de altas cordilleras en la costa occidental (principalmente las Montañas Rocosas, la Sierra Madre Occidental y los Andes, todas parte del Cinturón de fuego) producto del choque de las placas continentales con la oceánica y llanuras en las zonas orientales donde se ubican las dos cuencas fluviales más grandes del mundo: la del río Misisipi en Norteamérica y la del río Amazonas en Sudamérica.
La costa, aunque en gran parte es regular, presenta tramos desmembrados principalmente en sus extremos dando origen a las islas del Ártico canadiense y Groenlandia en el norte, y Chile y Tierra del Fuego en la zona austral. Otros grupos de islas importantes corresponden a las islas Aleutianas en el extremo noroccidental, las Antillas en el Mar Caribe, las islas Galápagos en medio del Océano Pacífico y las islas Malvinas en el Atlántico Sur.




America del Norte

América del Norte forma parte de la placa norteamericana que en el este entra en contacto con la placa pacífica. En la plataforma continental, el sector más duro, y más antiguo, es el escudo canadiense, que está compuesto por gneis, granitos, pizarras, plutones, etc. Es un relieve llano con formas sobre rocas metamórficas.
Otro gran conjunto geográfico es la cuenca sedimentaria del Misisipi-Misuri-Ohío. Este es un país sedimentario cubierto por arenas, arcillas y margas, y con algunos de los suelos más productivos del mundo. Es un territorio llano con formas tabulares.
Hacia el oeste nos encontramos con la cadena montañosa de las Rocosas. Las Rocosas son, en gran parte, un sistema cordilleras de grandes bloques fracturados en horst y graben. Está rodeada de un sector de pliegues, más o menos intensos, que van desde el tipo jurásico a los grandes mantos de corrimiento. La cadena costera es un país intensamente plegado, ya que es la zona de contacto entre la placa pacífica y la norteamericana. En la región son frecuentes los terremotos y los fenómenos volcánicos, debido al empuje de la placa pacífica y la norteamericana. La distribución de horst y graben permite la existencia de cuencas interiores más o menos aisladas. La cadena montañosa de tiene una extensión de 3.220 km desde Nuevo México hasta el noreste de la provincia de Columbia Británica (Canadá).
La costa este es más estable tectónicamente. Está muy alejada de las convulsiones del contacto entre placas y es un sector muy antiguo. Aquí encontramos los montes Apalaches, paradigma del relieve apalachense.
La mayor parte del conjunto estuvo afectado por un gran inlandsis durante la última glaciación, que al retirarse ha dejado sus huellas en la región; tanto en los valles en forma de artesa como en la gran cantidad de lagos, su orientación y sus formas. El inlandsis llegó hasta más abajo del paralelo 40º, una latitud mucho menor que en el continente europeo.
















America Central

Desde el punto de vista físico, América Central y el Caribe son una gran superficie de tierra y mar que separa América del Norte de América del Sur. Se extiende desde Guatemala y Belice por el norte hasta Panamá por el sur, y desde la costa del Pacífico por el oeste hasta Barbados por el este, incluyendo el archipiélago de las Antillas. Esta región posee una compleja historia geológica y una gran actividad volcánica que se pone de manifiesto a través de una serie de cadenas montañosas muy escarpadas y sus correspondientes cuencas. Dos grandes sistemas montañosos dominan esta región. El septentrional, que tiene su origen al sur de México, se extiende desde el istmo de Tehuantepec hasta los lagos nicaragüenses, para desaparecer en el mar Caribe y reaparecer en Jamaica (Montes Blue), Haití (cordillera de Cibao), Cuba (Sierra Maestra) y Puerto Rico (cordillera Central). Este sistema es muy escarpado, con bloques de calizas y areniscas, profundos valles y grandes masas de granito que revelan los efectos de la erosión.
El sistema meridional, por su parte, se inicia en Nicaragua y llega hasta Colombia, donde comienza la cadena montañosa de América del Sur.
Este sistema es más angosto y está formado por mantos eruptivos recientes. Además, está dividido por una amplia depresión en Nicaragua, que forma una zona de tierras bajas en las que se ubican dos grandes lagos de agua dulce, el Managua y el Nicaragua.

America del Sur


Topográficamente, América del Sur se divide en tres secciones: la cordillera, las tierras bajas de interior, y el escudo continental. La cordillera de los Andes destaca por ser la cadena montañosa más larga y joven del mundo, así como la más alta después de los Himalayas. Naciendo en las profundidades oceánicas, se yergue desde el sur de Tierra del Fuego siguiendo un trazo paralelo a la costa del Pacífico, para diversificarse en el norte, abriéndose en dos brazos, uno hacia el istmo de Panamá y otro bordeando la costa caribeña. Pasa por Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. Su pico más alto es el Aconcagua, con 6.962 msnm. No obstante, en Colombia, el otro extremo del subcontinente, aún es posible registrar alturas mayores a los 5.300 msnm en la Sierra Nevada del Cocuy, o en el Nevado del Ruiz. A lo largo de su recorrido, se ramifica en diversos ramales o cordilleras que encierran valles como la Depresión intermedia y el Valle del Cauca, en Colombia, y altiplanos como el Altiplano andino, una meseta de aproximadamente 3.000 msnm que cubre una región seca entre Bolivia, Perú, Argentina y Chile. El origen de la cordillera es el resultado de la subducción de la placa de Nazca bajo la placa Suramericana a una velocidad cercana a los 9 cm/año.
Las tierras bajas se suelen clasificar en tres sistemas: los llanos del Orinoco, la llanura del Amazonas y la llanura Chacopampeana o del Plata, formadas por la sedimentación producida por los ríos que las atraviesan y el depósito de partículas producidas por la erosión eólica. Se encuentran además, pequeñas llanuras costeras a lo largo del océano Pacífico en Colombia, Ecuador y Perú y sobre el Atlántico en Guyana, Surinam, Guayana Francesa y Brasil. La mayor depresión del subcontinente se encuentra a 105 m bajo el nivel del mar en la Laguna del Carbón, Argentina.
El escudo continental se separa en tres secciones desiguales: el macizo de Brasilia, el macizo Guayanés, y el macizo Patagónico, los dos primeros entre los más antiguos del planeta. La dureza de las rocas cristalinas que los conforman, les otorga gran estabilidad y es la razón de que no se produzcan terremotos en la enormes regiones que ocupan, así como los puntos de contacto entre estas (las regiones sedimentarias de la Amazonia y la llanura chaco-pampeana). El Macizo de Brasilia ocupa el este, centro y sur de Brasil, gran parte de Uruguay, el este de Paraguay y el noreste de Argentina. El macizo Guayanés comprende gran parte de Guyana, Surinam y la Guayana Francesa; el sur de Venezuela, una parte del norte de Brasil y del oriente colombiano. El Macizo Patagónico abarca casi toda la Patagonia argentina y el extremo sur de la chilena. También se encuentran otros sistemas orográficos importantes rejuvenecidos por el plegamiento andino, dispersos entre las regiones llanas del subcontinente, como las sierras Macarena y Chiribiquete en Colombia, la serranía de Santiago en Bolivia, y las sierras Pampeanas, Ventania y Tandilia en Argentina.
En el zócalo continental de América del Sur están situadas varias islas, siendo las mayores Tierra del Fuego (Argentina y Chile), Marajó (Brasil), la Isla Grande de Chiloé (Chile), las islas Malvinas (Territorio Británico de Ultramar), Trinidad (Trinidad y Tobago), Puná (Ecuador) e Isla Margarita (Venezuela). El sur del continente muestra su característica ex-glaciar con los numerosos fiordos e islas en el sur de Chile. Hay algunos grupos de islas fuera del zócalo continental, pero próximas a las costas suramericanas: las Islas Galápagos (Ecuador), la Isla de Pascua (Chile), Isla de Aves (Venezuela), Isla Sala y Gómez (Chile), Malpelo, Gorgona (Colombia), y los archipiélagos de las Georgias del Sur y las Sándwich del Sur (Territorio Británico de Ultramar)

viernes, 8 de mayo de 2009

Pero....como se formó America?

Para contestar esta pregunta primero deberiamos ver el siguiente video:




En el video podemos ver como se forman las placas tectonicas y el movimiento que existe entre ellas. Una Placa tectónica o Placa litosférica es un fragmento de litosfera que se desplaza como un bloque rígido sin presentar deformación interna sobre la astenosfera de la Tierra.
La tectónica de placas es la teoría que explica la estructura y dinámica de la superficie de la Tierra. Establece que la litosfera (la porción superior más fría y rígida de la Tierra) está fragmentada en una serie de placas que se desplazan sobre el manto terrestre . Esta teoría también describe el movimiento de las placas, sus direcciones e interacciones. La litosfera terrestre está dividida en 12 grandes placas y en varias placas menores o microplacas. En los bordes de las placas se concentra actividad sísmica, volcánica y tectónica. Esto da lugar a la formación de grandes cadenas y cuencas.
Hasta ahora la Tierra es el único planeta del Sistema Solar con placas tectónicas activas, aunque hay evidencias de que Marte, Venus y alguno de los satélites galileanos como Europa fueron tectónicamente activos en tiempos remotos.
Las placas litosféricas son esencialmente de dos tipos, en función de la clase de corteza que forma su superficie. Hay dos clases de corteza. la oceánica y la continental.
Placas oceánicas: Son placas cubiertas íntegramente por corteza oceánica, delgada y de composición básica. Aparecerán sumergidas en toda su extensión, salvo por la presencia de edificios volcánicos intraplaca, de los que más altos aparecen emergidos, o por arcos de islas en alguno de sus bordes. Los ejemplos más notables se encuentran en el Pacífico: la placa Pacífica, la placa de Nazca, la placa de Cocos y la placa Filipina.
Placas mixtas. Son placas cubiertas en parte por corteza continental y en parte por corteza oceánica. La mayoría de las placas tienen este carácter. Para que una placa fuera íntegramente continental tendría que carecer de bordes de tipo divergente (dorsales) en su contorno. En teoría esto es posible en fases de convergencia y colisión de fragmentos continentales, y de hecho pueden interpretarse así algunas subplacas de las que forman los continentes. Valen como ejemplos de placas mixtas la placa Sudamericana o la placa Euroasiática.

Las placas limitan entre sí por tres tipos de situaciones.
Límites divergentes: Corresponden al medio oceánico que
se extiende, de manera discontinua, a lo largo del eje de las dorsales.

Límites convergentes. Allí donde dos placas se encuentran. Hay dos casos muy distintos:
Límites de subducción. Una de las placas se dobla, con un ángulo pequeño, hacia el interior de la Tierra, introduciéndose por debajo de la otra. El límite viene marcado por la presencia de una fosa oceánica o fosa abisal, una estrecha zanja cada uno de cuyos flancos pertenece a una placa distinta. Hay dos casos que difieren por la naturaleza de la litosfera en la placa que recibe la subducción: puede ser de tipo continental, como ocurre en la subducción

de la placa de Nazca bajo los Andes; o puede ser litosfera oceánica, en cuyo caso se desarrollan allí edificios volcánicos que forman un arco de islas. Las fosas oceánicas, y los límites que marca, tienen una forma curva, con una gran amplitud según corresponde a la sección de un plano inclinado, el plano de subducción, con la superficie.
Límites de colisión. Se originan cuando la convergencia facilitada por la subducción provoca la aproximación de dos masas continentales. Al final las dos masas chocan, levantándose un orógeno de colisión, con los materiales continentales de la placa que subducía tendiendo a ascender sobre la otra placa. Las mayores cordilleras, como el Himalaya o los Alpes se forman así.
Límites de fricción. Es como llamamos a la situación en que dos placas aparecen separadas por un tramo de falla transformante. Las fallas transformantes quiebran transversalmente las dorsales, permitiéndoles desarrollar un trazado sinuoso a pesar de que su estructura interna exige que sean rectas. Topográficamente las fallas transformantes aparecen como estrechos valles rectos asimétricos en el fondo oceánico. Sólo una parte del medio de cada falla es propiamente límite entre placas, proyectándose los dos extremos cada uno dentro de una placa.
Las zonas de las placas contiguas a los límites, los bordes de placa, son las regiones de mayor actividad geológica interna del planeta. En ellas se concentran:
El vulcanismo. La mayor parte del vulcanismo activo se produce en el eje de las dorsales, en los límites divergentes, pero al ser submarino y de tipo fluidal, poco violento, pasa muy desapercibido. Detrás vienen las regiones contiguas a las fosas por el lado de la placa que no subduce.
La orogénesis, es decir, el levantamiento de montañas. La orogénesis acompaña a la convergencia de placas, tanto donde hay subducción, donde se levantan arcos volcánicos y cordilleras, como los Andes, ricas en volcanes; como en los límites de colisión, donde el vulcanismo es escaso o ausente, pero la sismicidad es particularmente intensa.
La sismicidad. Existen terremotos intraplaca, originados en fracturas en las regiones centrales y generalmente estables de las placas; pero la inmensa mayoría se producen en bordes de placa. Las circunstancias del clima y de la historia han hecho concentrarse una buena parte de la población mundial en las regiones más sísmicas de los continentes, las que forman los cinturones orogenéticos, junto a límites convergentes. Algunos terremotos importantes, como el terremoto de San Francisco de 1906, se originan en límites de fricción. Los terremotos más importantes de las dorsales son los que se producen en donde las fallas transformantes actúan como límite entre placas

jueves, 7 de mayo de 2009

¿Como llego el hombre a America?


Como ya es sabido hay muchas especulaciones acerca de la llegada del hombre a América. Para ello citaremos algunas teorias que intentan demostrar las diferentes rutas q supuestamante se han utilizado para el ingreso al continente americano.
A partir de 1492 las culturas americanas y europeas intentaron buscar explicaciones para el origen de esos seres con los que se estaban encontrando. En ambos grupos culturales las primeras explicaciones fueron religiosas: los aztecas pensaban que Cortés era el dios-héroe Quetzalcóatl, mientras que los europeos pensaron que los pobladores de América eran las tribus perdidas de Israel. En 1650 James Ussher estableció, basado en la Biblia, que las tribus perdidas abandonaron Israel en el año 721 a. C. y, sobre esa base, la cultura europea sostuvo que América había sido poblada alrededor del año 500 a. C. En sentido contrario, las culturas mesoamericanas consideraban que la presencia humana en el continente americano era muy anterior al que suponían los europeos. El Imperio Maya tenía registros históricos escritos al menos desde agosto de 3114 a. C.. Otras culturas, como la Zapoteca, tenía registros escritos de hechos históricos que se remontaban al año 500 a. C.
Estas teorias se desarrollaron en la Edad Media en donde existia una gran influencia de la Iglesia, quienes creian que América habia sido poblada por dos tataranietos de Noe (personaje biblico) otras teoria hablan el Eden biblico y desde alli los descendientes de Adan y Eva habrian poblado America.
Los europeos no tuvieron acceso a esos conocimientos de las civilizaciones mesoamericanas e ignoraron la existencia de estos registros hasta el siglo XX. Por esa razón las teorías bíblicas sobre el poblamiento de América fueron dominantes hasta comienzos del siglo XX.
Florentino Ameghino va a plantear la hipotesis en las cual segun el los humanos habrian evolucionado en las pampas argentinas y desde este lugar habrian emigrado hacia el resto del planeta, pero esta teoria fue desterrada por Alex Hrdlcka cuando descubrio que los restos no eran humanos.
En 1937 Aleš Hrdlička, retomando un argumento de Samuel Haven, sostuvo que el ser humano había ingresado a América por Alaska, proveniente de Siberia (Asia), cruzando el Estrecho de Bering. Algunas publicaciones le atribuyen erróneamente a Hrdlička haber postulado la teoría más moderna, de que el hombre cruzó caminando por una zona llamada Puente de Beringia, formado a raíz del descenso del nivel de las aguas del Estrecho de Bering, durante el último período glacial.
Se encuentra plenamente probado que durante la última glaciación, la Glaciación de Würm o Wisconsin, la concentración de hielo en los continentes hizo descender el nivel de los océanos en unos 120 metros. Este descenso hizo que en varios puntos del planeta se crearan conexiones terrestres, como por ejemplo Australia-Tasmania con Nueva Guinea; Filipinas e Indonesia; Japón y Corea.Uno de esos lugares fue Beringia, nombre que recibe la región que comparten Asia y América, en la zona en que ambos continentes están en contacto. Debido a que el Estrecho de Bering, que separa Asia de América, tiene una profundidad de entre 30 y 50 metros, el descenso de las aguas dejó al descubierto un amplio territorio que alcanzó 1500 kilómetros de ancho uniendo las tierras de Siberia y Alaska, hace aproximadamente 40.000 años adP.


Más recientemente se ha fortalecido la posibilidad de que los pobladores de América provenientes de Beringia utilizaran una ruta alternativa hacia el sur bordeando la costa. Debido al descenso del nivel del océano esa posible ruta se encontraba al oeste de la actual costa norteamericana y en el presente está cubierta por las aguas del Océano Pacífico, complicando los estudios arqueológicos. En un reciente estudio submarino se encontró una herramienta de piedra de una antigüedad de 10.000 años adP a una profundidad de 53 metros. Monte Verde I, en el sur de Chile, es mucho más antiguo que cualquier otro yacimiento de América (33.000 años adP), y la comunidad científica tardó en aceptar de forma unánime esta datación, que chocaba frontalmente con la teoría generalmente compartida sobre el proceso de poblamiento americano. Según aquélla, éste se explica a partir de la migración de pueblos siberianos y mongólicos que atravesó el estrecho de Bering aprovechando que se encontraba helado por la última glaciación hace 20 o 22.000 años. Esta ola migratoria se habría extendido más tarde por todo el continente, desde Alaska hasta la Patagonia, ocupando lógicamente en primer lugar el hemisferio norte. En enero de 1997, Dillehay, junto a un prestigioso equipo de arqueólogos de diversas instituciones científicas, logró certificar el valor de las piezas arqueológicas encontradas en Monte Verde, lo que reabría la búsqueda de nuevas hipótesis que permitan explicar adecuadamente cómo y cuándo se pobló América